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11 de febrero de 2019

Retos de la Industria de la Construcción en España en el nuevo año

  • Evolución del sector
Retos de la Industria de la Construcción en España en el nuevo año

Juan Lazcano, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) y presidente de la Fundación Laboral de la Construcción

Al inicio de un nuevo año, cobra si cabe más sentido detenerse a reflexionar y poner de manifiesto los principales retos que condicionarán el desarrollo de la actividad de la construcción en nuestro país. 

Una vez más, en el marco de este análisis, desde la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) tenemos que señalar el bajo nivel de inversión pública en infraestructuras que viene padeciendo el sector en los últimos años, tendencia que, de no revertirse, limitará enormemente la capacidad de las empresas en su producción, al tiempo que privará a la sociedad de disponer de infraestructuras que aún son necesarias en distintos ámbitos, o su modernización, también para atender nuevas demandas derivadas de la evolución tecnológica, nuevos parámetros de sostenibilidad ambiental, nuevos modelos de movilidad, la tendencia demográfica y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos conforme a los tiempos.

La evolución positiva en 2018 del subsector de la edificación y especialmente de la edificación residencial, esperamos que prosiga y se consolide en el tiempo. Sin embargo, la inversión pública de las administraciones en obra civil es insuficiente y esto está impidiendo que la industria de la construcción en España impulse en mayor grado el crecimiento de la economía y la creación de empleo.

Mención singular merece la cuestión del mantenimiento y conservación de las infraestructuras ya construidas, en particular de nuestra amplia red de carreteras. Dado que la inversión pública destinada a estos objetivos en los últimos años ha quedado lejos del nivel deseable, es esencial que tanto los poderes públicos como los ciudadanos tomen conciencia de la necesidad de buscar fórmulas alternativas a la inversión procedente de los presupuestos públicos, que hagan posible disponer de recursos finalistas que se empleen en el mantenimiento y conservación. Como venimos reclamando desde la CNC, la implantación de los principios del “pago por uso” y de “quien contamina paga”, propugnada por la Comisión Europea y puesta en marcha en muchos países europeos, debe abordarse ahora en nuestro país. En un escenario de limitación de recursos vía presupuestos públicos donde no se puede desatender la sanidad, educación, pensiones y otras prestaciones sociales que puedan ser pertinentes, la implantación de sistemas de “pago por uso” con carácter finalista siendo el usuario de la infraestructura quien contribuye a su mantenimiento, es del todo razonable.

Otra cuestión no ajena al sector y que progresivamente va adquiriendo mayor peso, es la transición hacia una economía circular. Al abordar la economía circular en la construcción debemos pensar en la mejora en el uso eficiente de los recursos, la minimización del impacto en el entorno al desarrollar las obras así como de las edificaciones e infraestructuras una vez construidas, la prevención en la generación de residuos y la gestión correcta de los producidos. Igualmente hay que pensar en los desafíos del cambio climático, la prevención, minimización y reparación de sus efectos adversos y particularmente la adaptación de las infraestructuras para aumentar su resiliencia.

En el área de la eficiencia energética en la edificación, estamos todavía ante una ingente labor por desarrollar para conseguir ahorrar energía y contribuir a la reducción de emisiones de CO2. El impulso a la rehabilitación debe estar muy presente en las políticas de las administraciones públicas a todos sus niveles, y ha de cristalizarse en medidas concretas impulsoras y facilitadoras de esta actividad. La industria española de la construcción está preparada para abordar este imprescindible desafío pues hace ya tiempo que viene trabajando en términos de procesos, materiales y formación de los profesionales, aunque las posibilidades que ofrecen el desarrollo tecnológico y la innovación siguen avanzando.

Otro reto de carácter transversal y que concierne al conjunto de la industria de la construcción es la digitalización. Es innegable e imparable la influencia que tienen las nuevas tecnologías digitales en la sociedad y en la economía, tecnologías que no son un fin en ellas mismas sino que son herramientas para el progreso de la sociedad y mejora de la competitividad de los sectores económicos. En lo que respecta a la construcción, seguramente es el Building Information Modelling en lo primero que pensamos pero hay que avanzar en explorar otros aspectos tales como la automatización, la inteligencia artificial, las posibilidades de la hiperconectividad o el análisis de datos.

Ante todos estos retos, la formación de los profesionales del sector juega un papel vital. Es esencial anticiparse y poder identificar cuáles son las necesidades de personal cualificado que reclaman o reclamarán próximamente las empresas, de modo que se pueda evitar que carencias de mano de obra preparada obstaculicen el crecimiento del sector o la sana competencia.

Precisamente con el fin de anticiparse e identificar las necesidades de formación en materias relacionadas con la economía circular, la eficiencia energética y la digitalización, entre otros objetivos, comienza en enero de 2019 el proyecto “Blueprint” para la industria de la construcción en la Unión Europea (UE). El objetivo es establecer una hoja de ruta o plan estratégico para las cualificaciones profesionales en la industria de la construcción en la UE. La CNC va a participar de una manera muy activa en este proyecto, que va a estar coordinado por la Fundación Laboral de la Construcción (FLC). Su duración será cuatro años y para su realización se cuenta con cofinanciación del programa europeo Erasmus+.

En otro orden y volviendo al plano nacional, es fundamental que el sistema de formación profesional de nuestro país encuentre definitivamente su encaje con las necesidades de los sectores productivos. Los interlocutores sociales del sector estamos ya trabajando en su desarrollo dentro de la negociación colectiva sectorial, con el objetivo de adaptar el Sistema Nacionalidad de Cualificaciones Profesionales a la realidad de nuestros oficios. Adicionalmente estamos solicitando a la Administración que analice la posibilidad de desarrollar, perfeccionar o matizar el contrato para la formación y aprendizaje para que éste pueda ser utilizado por el sector de la construcción con mayor intensidad. También venimos reiterando en relación a los certificados de profesionalidad, la importancia de poder obtenerlos a través de la experiencia laboral adquirida, pues impulsar esta vía proporcionaría a numerosos trabajadores del sector un reconocimiento oficial a las competencias que han adquirido a lo largo de años de actividad en el sector.